Nuevo JURASSIC (jurasico)
El Jurásico, una división de la escala temporal geológica, es el sistema o período geológico central de la Era Mesozoica, que comenzó hace 199,6 ± 0,6 millones de años y acabó hace 145,5 ± 4,0 millones de años.[2] [3] Como ocurre con la mayoría de las eras geológicas, la fechas exactas de inicio y fin de este período, como en los demás sistemas, son convencionales, conforme a ciertos criterios que se establecen para su datación, por lo que se admite algún error de magnitud en miles o millones de años. Es posterior al Triásico y anterior al Cretáceo. La denominación procede de los estratos guía (Key beds) definidos como patrones en las formaciones sedimentarias carbonatadas de la región europea del Jura, en los Alpes.
Este período se caracteriza por la hegemonía de los grandes dinosaurios y por la escisión de Pangea en los continentes Laurasia y Gondwana. De este último se escindió Australia (en el jurásico superior y principios de cretáceo), del mismo modo que Laurasia se dividió en Norteamérica y Eurasia, dando origen a nuevas especies de mamíferos (véase Teriología).
El Jurásico se divide en Inferior, Medio y Superior, también conocidos como Lias, Dogger y Malm.
La Comisión Internacional de Estratigrafía[2] reconoce tres épocas/series y once edades/pisos del Jurásico, distribuidos en orden de los más recientes a los más antiguos como sigue: escala temporal
El nivel del mar experimentó cambios menores durante el Jurásico Inferior. En el Jurásico Superior experimentó oscilaciones más rápidas y una elevación que ocasionó la inundación de grandes áreas de América del Norte y Europa. En el Jurásico hay dos provincias biogeográficas en Europa (Tetis al sur y Boreal al norte). Los arrecifes de coral se restringieron en su mayor parte a la provincia de Tetis. La transición entre las dos provincias se daba a la altura de la Península Ibérica. Las plantas de climas cálidos ocuparon un amplio cinturón que se extendió hasta 60º de latitud. Tanto la flora de Gondwana al sur como al norte de Siberia incluía grupos de helechos cuyos parientes modernos no pueden tolerar las heladas.
El registro geológico jurásico es bueno en el oeste de Europa, donde extensas secuencias marinas indican un tiempo donde gran parte del continente estaba sumergido bajo mares tropicales poco profundos; por su fama destaca el Patrimonio Mundial de las Costas del Jurásico y los lagerstätten de Holzmaden y Solnhofen.
El más espectacular desarrollo geográfico de la Era Mesozoica fue la fragmentación de Pangea, un proceso de rifting que comenzó en la región de Tetis, siguiendo la vieja sutura hercínica. El Tetis avanzó formando un estrecho y profundo brazo oceánico que separó Europa de África. El rift se propagó hacia el norte y finalmente hacia el sur comenzando a separar Sudamérica y África. Finalmente Pangea dio lugar al supercontinente septentrional de Laurasia y al supercontinente medional de Gondwana; el Golfo de México se abrió en el nuevo rift entre Norteamérica y lo que ahora es la Península de Yucatán de México.
El rift que formó el Atlántico tuvo otra consecuencia importante, la extensión produjo fallas normales entre África y los continentes norteños y las zonas afectadas por tales fallas se hundieron, de forma que el agua que entraba periódicamente desde el Océano Tetis comenzó a evaporarse. Dichas evaporitas se localizan ahora a ambos lados del Atlántico: España, Marruecos, Terranova, etc. Durante el Jurásico medio y superior un brazo de rift se desplazó entre Norteamérica y Sudamérica, dando origen al Golfo de México; otro dio lugar a la apertura del Golfo de Vizcaya. El Océano Atlántico Norte era relativamente estrecho, y el Océano Atlántico Sur no se formó hasta el Cretácico, cuando la propia Gondwana se fragmentó.
El paisaje Jurásico es más rico en vegetación que el del triásico, especialmente en latitudes altas. El calor y el clima húmedo permitió que las junglas formaran parte de gran cantidad de paisajes jurásicos. Los bosques se empiezan a extender por toda la superficie terrestre y destacan familias como las coníferas acompañadas de diferentes tipos de helechos y palmeras. Aún no aparecen para este periodo las plantas con inflorescencias. La distribución diferencial de la flora constituye un fiel reflejo de la separación de las zonas ecuatorial y septentrional.
El desarrollo de reinos diferenciados obedecía a la existencia de barreras marinas entre el norte y el sur, y a la presencia de un mayor gradiente de temperaturas desde los polos hasta el ecuador. Los gradientes térmicos no eran tan pronunciados como lo son actualmente, no existen pruebas de hielo polar durante el Jurásico, y la flora alejada del ecuador correspondía a plantas de zonas templadas. Los paisajes Jurásicos estaban dominados por Cycadophyta, y por sus parientes las Bennettitales (cicadeoideas), con aspecto de piñas gigantes cubiertas, en la estación propicia, por llamativas «flores» que no eran auténticas flores. Los bosques de ginkgos, y especialmente de coníferas, daban al paisaje cierto toque de modernidad, pero las plantas con verdaderas flores, los árboles de madera dura y especialmente las hierbas, todavía estaban ausentes.
Fauna terrestre
Las primeras ranas fósiles aparecen en el Jurásico. Los cocodrilos se encontraban ya plenamente establecidos. Grandes reptiles arcosaurios permanecían como dominadores del ecosistema terrestre. Desafortunadamente, el registro fósil conocido del Jurásico inferior es demasiado pobre para permitirnos detalles sobre la diversificación de los dinosaurios, aunque los restos fósiles de enormes dinosaurios que aparecen en rocas jurásicas indican que evolucionaron rápidamente. En este periodo los saurópodos aumentaron significativamente su tamaño, como Diplodocus y Brachiosaurus. Los depredadores también crecieron adaptándose a nuevas metodologías de caza. Algunos como el Allosaurus dominaron las tierras del Jurásico. Además surgieron otros grandes dinosaurios fitófagos como Stegosaurus, con placas óseas en la espalda y defensas espinosas en la cola. fauna terrestre
Fauna aérea
En este periodo aparecen las primeras aves de pequeño tamaño. Pero lo que en realidad dominaba los cielos en estos tiempos fue los grandes pterosaurios. Esta familia de reptiles, que por cierto no eran dinosaurios, se alimentaban de los peces en los grandes mares con sus largos picos que poseían dientes puntiagudos. Dieron a un nuevo grupo, los pterodactiloideos, entre los que destaca Pterodactylus, que fue hallado en África oriental, Inglaterra y Francia. La cola de éstos era muy corta, su cabeza era mayor y su cuello más largo que los pterosaurios triásicos.
Un animal muy notable y característico de este periodo era Archaeopteryx, el principal fósil de los yacimientos de Solnhofen. A pesar de que poseía el pico, las garras y el cuerpo de un pequeño dinosaurio terópodo, poseía también cola y plumas de aves como las actuales. Los fósiles fueron hallados entre 1860 y 1988. Su esqueleto, del tamaño de una paloma, se parece básicamente al de un dinosaurio terópodo, y presenta rasgos propios de este grupo: una larga cola ósea, presencia de garras en los dedos y de dientes en las mandíbulas. fauna aerea
Fauna acuática
Durante el Jurásico las más evolucionadas formas de vida marina eran los peces y los reptiles. Los ictiosaurios sobreviven al cambio de periodo. Compartían los mares con los primeros cocodrilos acuáticos, los cuales tenían aletas en vez de patas, y con los teleósteos, predecesores de la mayoría de los peces actuales. Los plesiosaurios son otro grupo destacado en este periodo que desafortunadamente no pudo llegar al siguiente, al igual que los cocodrilos con aletas. fauna acuatica
Extinciones en masa
Al final de Jurásico, hubo una extinción moderada de vida en los océanos y sobre la tierra, pero es discutible si esto constituyó una verdadera extinción en masa.
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